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lunes, 5 de noviembre de 2007

CONCLUSIONES

CONCLUSIONES

Como corolario de la dinámica política de proscripción del peronismo, la caracterización del movimiento por parte de los sectores antes críticos del mismo (liberales y de izquierda) se modifica en favor de la aproximación entre ellos.

Ahora bien, debido a la disposición de los actores en la escena nacional, dicha oportunidad sólo podía plasmarse mediante la identificación con la izquierda peronista. Sin embargo, es probable que en el torbellino del momento no hayan contemplado las consecuencias de aprovechar esa ventana de oportunidad (que implicaba aceptar a Perón como líder). Ninguna de las agrupaciones guerrilleras había diseñado un plan a futuro y principalmente no se habían detenido a pensar qué harían con Perón una vez en el poder y cómo construirían la "patria socialista". En efecto, cometieron un error de cálculo anterior y más profundo: creyeron que iban a ser los sucesores y herederos de Perón sin complicaciones y no tuvieron en cuenta al colectivo peronista. En su caracterización del movimiento, excluyeron a su parte más antigua y legendaria: "la burocracia sindical

Tuvo que ser Perón quien les recordara en qué había consistido siempre y en qué seguía consistiendo el peronismo: "Levantamos una bandera tan distante de uno como de otro de los imperialismos dominantes[...] Somos lo que las veinte verdades peronistas dicen".

Recientemente, Juan Carlos Torre explicaba:

"El principal legado de Perón a los peronistas fue su manual <>. Si otros legan valores, ideas, en el peronismo el proyecto es cómo se conquista, se mantiene y se reproduce el poder. Esta manera de hacer política contiene un agnosticismo ético, pues no se somete a valores y descree de las ideas. Sólo son vistos desde una perspectiva instrumental, lo que permite una gran capacidad de innovación."

Las palabras de Torre me motivan a reflexionar sobre el peronismo revolucionario como un sujeto político intrínsecamente incoherente. La contradicción radica en la pretensión de adosar valores e idealismos a un colectivo peronista que desde el cuarenta y cinco a la actualidad no hizo más que confirmar su naturaleza pragmática. El discurso del líder exiliado consiguió confundir y ocultar el verdadero carácter del peronismo: "el proyecto es cómo se conquista, se mantiene y se reproduce el poder", en términos de Torre.

En 1973, Perón no elige a la derecha peronista, Perón simplemente desempaña los vidrios y permite que su esencia quede al descubierto, iluminando su costado más veraz.

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